1915 - Galilea
Prólogo:
Suave, pausadamente, el albatros levantó vuelo. Majestuoso, en un alarde de eficiencia aérea, extendió sus alas, desplegando la máxima envergadura, dejando que las térmicas lo eleven a las alturas desde las cuales podía ubicar los peces que serían parte de su dieta diaria. Pero esa mañana, del día de la Inmaculada Concepción del año 1914, le costaría más obtener el sustento, pues allí abajo, entre las siempre encrespadas olas del Atlántico sur, no reinaba la paz.
Si alguien hubiera podido elevarse a lomos del pájaro y hubiese mirado, como él, hacia las profundidades marinas, habría podido observar el dantesco espectáculo que allí se desarrollaba. El épico y final combate entre la flota británica, al mando del vicealmirante Frederick Doventon Sturdee y la alemana, comandada por el conde Maximilian von Spee, que acabaría con los barcos del káiser Guillermo reposando en las profundidades del sur, a escasos kilómetros de las islas Malvinas.
Pero nadie volaba con el animal y a éste poco le importaba el desgarrador y desesperado intento que hacia el Scharnhorst, buque insignia de la escuadra germana, mortalmente herido, por mantenerse a flote unos instantes más, por descargar un último golpe de furia e impotencia contra su matador el “Invincible”, que acaba de disparar la fatal andanada que lo enviaría definitivamente a su descanso final…con sus casi 800 tripulantes.
Nada le importaba eso al pájaro que, decepcionado quizás, oteó por última vez hacia el lugar donde la locura de los hombres le privaba de su sustento. Completamente ignorante de que asistía al dantesco acto final de los hechos, previamente narrados en otro lado, del que el presente relato es continuación cronológica.
Aunque por si mismo sea otra historia.
Sin que esto le interesara, y con magistral control, el ave arqueó levemente el ala izquierda, girando un cierto ángulo las plumas del ala derecha, entrando así en una suave y controlada pérdida que le hizo virar hacia el norte, en busca de aguas más tranquilas y de su almuerzo.
(c) Omar R. La Rosa
