EL ZORRO Y EL GRANJERO
Una mañana al regresar de su trabajo un granjero encontró un cachorro de zorro,
lo llevó a su granja una vez allí lo ató con una cadena le trajo comida y le armó una cucha para que durmiera.
Todos los días iba a trabajar y al volver solía prepararle comida y acercarle, lo trataba con mucho cariño, como se fuera un perro.
Solía sentarse en un sillón en la puerta de su casa para descansar.
Era muy cuidadoso con sus animales tenía muchas gallinas, patos, gansos y pavos.
Pero un día comenzó a notar que le faltaban gallinas, hoy le faltaba una colorada, mañana una bataraza y otro día una copetona.
Comenzó a preocuparse y decidió investigar. Aquél día no fue a trabajar y se escondió detrás de un montón de paja muy cerca del gallinero.
En ése momento el zorrito tenía comida en su plato pero no comía se mantenía echado muy cerca de él, lo que llamó la atención del granjero quien continuó observando el panorama muy atentamente.
De pronto, una gallina muy confiada por la tranquilidad del zorrito se acercó a comer en el plato y el zorrito de un zarpazo la atrapó.
El granjero furioso tomó un bidón con nafta que había en el lugar y lo roció prendiéndole fuego, el zorrito dolorido y desesperado cortó la cadena y arrancó para el campo.
El granjero revoleaba su gorra y saltaba gritando: ¡Derecha, derecha, izquierda está el trigo!