Premio acumulado:

€ 105.00

II Concurso de Cuentos
Premio acumulado:

€ 58.00

II Concurso de Microrrelatos
Dom13Ago202321:18
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Autor: Orlando Rodolfo González
Género: Microrrelato

Bellas artes

La pintura era sofisticada y, sin embargo, de una simpleza pura y única. La imagen principal era una muchacha de ojos grandes y enamorados, una sonrisa de ilusión se dibujaba en sus labios. El resto de la imagen era difuso. Una ruta, un río, un reloj apurado atrapado dentro de un corazón. La muchacha tenía una gota de sudor recorriendo una de sus sienes. Acababa de tener relaciones de una forma mágica y maravillosa. Sus manos le entregaban placer a su amante, y sus labios dulzura.

El hombre quedó temblando a su lado sintiendo que los grandes ojos demostraban orgullo por su reciente labor. Ella acomodaba las ondas de su cabello para besarlo apasionadamente y él no podía resistirse a tal maravilla.

En algún sitio del lienzo se podía adivinar un número tres, cuyo significado nunca sabré. Sin duda era una pintura de esas que invitaban a soñar. Cerré mis ojos para concentrarme y encontrar lo que me estaba perdiendo en ese cuadro y un suspiro doloroso se escapó sin pedir permiso.

Pude ver un edificio con sus ladrillos y un piso apagado y vacío. Al abrir los ojos ya no había pintura, ni museo, ni suspiros soñadores.

Nunca adivinaré quien fue el autor de la obra.

Sáb12Ago202303:58
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Autor: Mauro Cartasso
Género: Microrrelato

Letanía

Estaba en la cornisa aferrado a la vida frente al terror del vacio, cerraba los ojos y más veía, mil imágenes en un segundo. Tenía razones para creer que todo había sido solo una fantasía, un sueño..., pensó, la libertad así no existe, acaso soy simplemente una de las figuras de carton del juego de quién sabe que, existimos por nosotros mismos en realidad?. 

Demasiados interrogantes para tan poco tiempo, fueron segundos o tal vez no, quién determina la duración de un momento?. 

A veces la letanía se conjuga con el hartazgo, desoyó los gritos desesperados y eligió ser libre.

Jue10Ago202310:42
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Autor: Gaizka Azkarate Saez
Género: Microrrelato

LA PRINCESA


Después de muchos años siendo la princesa buena de los cuentos, decidió salir al mundo y
comerse a los lobos que manejaban su vida. Convertirse en la princesa guerrera y hacer con su
vida lo que le diese la gana

Jue10Ago202307:20
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Autor: Sandra Iraizoz cia
Género: Microrrelato

Que siga la fiesta

Son las tres de la mañana. Náuseas, vómitos, agitación... otra noche que no duermo. Así es imposible. Mi cabeza no para. Enciendo la televisión a ver si me entra el sueño.

Siete de la mañana. Suena el despertador y me levanto. Caliento la leche. No tengo ganas de tomarla. No tengo hambre. Estos días sé que he adelgazado mucho pero es que no tengo hambre, la noche de ayer fue larga, igual que las de estos días pasados.

La música de la calle es más sonora que el pitido del microondas y estoy tan absorta que no sé cuándo ha dejado de calentar. Miro a ver si está la leche caliente. ¡Qué asco, un pelo en el vaso! Definitivamente, ya no tengo ganas de desayunar.

Suenan sirenas de ambulancia y el grito de la gente en la calle se hace más fuerte. Tocan el timbre. Ya están aquí. Puntuales y yo, como todos estos días, sin maquillar, nunca me da tiempo. A estas alturas ya da igual. Salgo de casa.

Media hora más tarde, al coger el ascensor, veo el piso: planta menos uno. Se abre la puerta, me reciben sonrientes y con el pañuelo de San Fermín.

—Buenos días, María, ¿preparada para otra sesión de radioterapia?

Lun07Ago202314:40
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Autor: Ambar Bejarano
Género: Microrrelato

sobre mi llama

Quiero contarte algo a ti que me lees, MI LLAMA ESCRIBIO, si y aunque su mensaje fue confuso, dibujo una sonrisa en mi rostro. he decidido seguir mi llamado, dejar de escuchar a otros y escucharme a mi. si porque mi llama soy yo y yo soy mi llama, y si es así pues la respuesta de la conexión esta dentro de mi. mi divino femenina me guía y estoy dispuesta y receptiva a escuchar la sabiduría que tiene que mostrarme, que no es de este mundo, hay un concepto de sabiduría mucho mas elevada que día a día nos da señales, estoy  sintanizando su frecuencia y el reencuentro esta cerca, porque asi lo quiere el Amor.

Lun07Ago202314:28
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Autor: Ambar Bejarano
Género: Microrrelato

ponte tus alas

algunas veces las alas se nos olvidan en los sueños que el mundo de la ilusión plantea. no te olvides de ponerte tus alas, dejalas justo al lado de tu móvil, te aseguro que así no las dejaras en el olvido.

Eres un ángel y diariamente compartes con tus homologos vibracionales, hay ángeles que llevan fe y esperanza, amor, alegría, justicia, dedicación, sanación y la lista es larga. cada vez que interactúas con otras personas te dejan una impronta, su propia impronta energética o angelical. muchas veces las las alitas de esos angelitos se encuentran averiadas, y tu con tu impronta personal dejas huellas de sanación. 

Qué impronta estoy dejando en otros, y antes de llegar a tu casa reflexiona sobre la impronta que las personas con las que interactuastes ese día dejaron en ti.  Si la respuesta te expande disfrútala e inspírate, si la respuesta te contrae, suelta no te pertenece. 

elige y elige bien, que mensaje estas enviando al mundo, tienes el poder de elegir  



 

Lun07Ago202303:25
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Autor: Mauro Cartasso
Género: Microrrelato

Presencia

La imagen refleja una presencia carente de nosotros mismos. Está ahí, lo vemos todos los dias, tiene la habilidad de imitar, cambiar, copiar y multiplicarse. Se muestra igual a vos, es tu opuesto y está encerrado en su propio claustro. Su guardián es tan solo un simple espejo del que dicen que su rotura trae mala suerte, siete años de mala suerte, si llegara a pasar hay que ser cautos; juntar todos los pedazos, meterlos en una bolsa y arrojarlos lejos, muy lejos para que el mal no nos encuentre.

Esto está escrito así porque..., en realidad..., desconocemos lo que ocurriría si la bestia algún día lograra escapar. 

Sáb05Ago202314:38
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Autor: Victor Lowenstein
Género: Microrrelato

Ella fue la reina de las noches

Ella fue la reina de las noches

  Cada noche sube al escenario del viejo teatrillo de variedades. Haya o no público, representa el mismo acto. El mismo que presentaba en las épocas de sus años de esplendor cuando ella, la actriz y bailarina, la cantante, la poeta, la prostituta y señora, la musa, la madama, era la reina de las noches.

  Nos amontonábamos al borde del tablado para verla recitar, cantar o bailar. Pueriles, lujuriosos, gritábamos nuestros celos a la rosa que apresaba su portaligas negro. No miento cuando evoco que llorábamos de emoción cuando ella, Reina de las noches, se desprendía de la flor para arrojarla a nuestras manos, que pendenciaban su perfumada posesión.

 Hoy, igual que cada noche, subirá al escenario y, haya o no público, representará su acto.

  Ahora se prepara para salir a escena; ha creído escuchar por segunda vez los golpes a la puerta de su camerino. Ella ha dicho amablemente: “ya salgo” y por cuarta o quinta vez se retoca el maquillaje ante el espejo de la consola. Está perfecta. Sus ojos son brillantes rubíes que refulgen a la luz de esa docena de lamparillas que enmarcan la plateada superficie donde contempla con arrobo su propia imagen. “Sí, estás perfecta” se dice a sí misma empolvando sus mejillas por última vez. “Es el momento de salir a escena.”

  Sale. Casi al trote apresura sus pasos como puede sobre sus zapatos de taco alto, por un pasillo lóbrego de tramoyas, sogas y tules agrisados de polvo y olvido. Agitada sube al proscenio aun en penumbras. Se descorren los telones entonces. Se encienden las altas luces. Ella sonríe, sonríe hasta que sus pómulos se ponen cárdenos y los labios se entreabren dejando ver la escasa dentadura inferior de su boca. Sonríe desplegando los brazos para abarcar a un público que, no obstante, está ausente. Las butacas vacías, como los palcos y la gradería. Quizá entre las sombras haya algún admirador que no se deja ver; quien sabe. Ni un alma a la vista. Ella deja de sonreír, sus brazos continúan abarcando el teatro entero y su mirada, brillante por las primeras lágrimas.

  La Reina parpadea. Sus largas pestañas postizas repiquetean sobre las cejas delineadas en exceso, gruesas líneas rojas que acaban sobre las raíces blancas de sus cabellos, ocultos bajo la peluca platinada. Hace una primera reverencia al público e inicia una coreografía donde sus piernas flacas y blanquísimas trazan en el aire rítmicos can canes. Acompaña su proeza con otra de sus sonrisas purpuradas. Da una vuelta y se detiene, ya fatigada. Baja los brazos coreográficamente. Como de costumbre, las pulseras se le caen de las muñecas y ruedan por el escenario. La Reina no se inmuta; culmina su número apartando con delicadeza el tajo de su pollera corta. Vemos el muslo blanco y el portaligas negro; vemos la rosa roja que desprende del elástico para arrojar a su público.

Ella fue la Reina de las noches.

Aún se la recuerda. 

Entre ellos, lo que todavía aplauden su acto.

Como yo, esta noche.

                                                                            

Jue03Ago202322:04
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Autor: Federico Ochoa Herrera
Género: Microrrelato

Objeto desconocido

     Año 2035

   Después, que se confirmó la presencia de vida extraterrestre en nuestro planeta y de que, la IA exigió un puesto en las Naciones Unidas para no empezar una guerra en nuestro mundo. Un par de niños, iban caminando por un parque holográfico mientras volaban sus drones, cuando de repente, se toparon con un objeto extraño. Tenía una forma rechoncha con una punta metálica. Los jóvenes, lo tomaron con cuidado y comenzaron a preguntarse qué podía ser. Sin respuesta, se lo llevaron a sus padres, pero ellos, tampoco sabían de qué se trataba. Entonces, juntos, se fueron con el extraño artefacto para el museo, para que algún experto pudiera dar respuesta a todas sus preguntas, pero estaba cerrado, sin embargo, el vigilante que los atendió, y que tenía tantos años como el mismísimo diablo, vio el objeto que uno de los niños sostenía en sus manos y lo agarró enseguida, con el mismo entusiasmo se quitó los cordones de uno de sus zapatos y comenzó a envolverlo y, ante los ojos sorprendidos de los presentes, lo lanzó, haciéndolo girar como lo hacían los trompos de su infancia perdida.

  Los niños y sus padres, maravillados, escucharon cada una de las historias de aquel hombre sobre aquel aparato mágico y se llevaron el trompo para su casa con la determinación absoluta de aprender a bailarlo, pero, al cabo de tres días, el trompo volvió a ser olvidado, la IA se apoderó de Europa y parte de Asia, y los extraterrestres invadieron el resto del mundo libre.

      CHECHO.

Jue03Ago202320:42
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Autor: Cuauhtémoc Ponce
Género: Microrrelato

Protocolos

—Yo no sabía nada, todo fue una broma— le dije al agente de la policía en París.

—Cuéntame, ¿cómo fue que pasó? — me preguntó.

—Llegué al aeropuerto a las diez de la mañana, y al acercarme al mostrador a documentar mi equipaje, una chica muy atractiva me preguntó cuál era mi destino, y yo respondí que viajaba a Israel. —¿Solventes? ¿Armas? ¿Algún líquido inflamable? — me preguntó, como saben hacerlo en todas las aerolíneas.

—Traigo una bomba en mi equipaje— Respondí con tono sarcástico y con una sonrisa.

Ella puso una expresión entre desagrado y severidad; eso no lo puedo negar, para después decirme, —señor, lo siento mucho, pero por las reglas tienen un límite. Usted no puede hacer un comentario de esa magnitud, así que por protocolo, tengo que llamar a seguridad— me contestó la joven mientras llamaba por radio y me veía de una manera un poco desagradable.

—Señorita, es una broma, ¿usted cree que voy a traer una bomba en la maleta? ¿Y aparte de todo decírselo? —le pregunté, pero ella no hizo caso y llamó a la seguridad aeroportuaria. Cinco minutos después, estaba rodeado de policías: dos de ellos apuntándome con sus respectivas armas mientras yo levantaba las manos. —¡Tírate al piso! — me gritó uno de ellos, al mismo tiempo que yo obedecía e intentaba explicarles que todo era una confusión, y que lo que pronuncié no era más que una broma de mal gusto…  Después no queda mucho por contar, me llevaron a los separos, abrieron mi equipaje mientras otro guardia me exigía que me desnudara por completo. Realmente me trataron como a un verdadero terrorista— le dije al oficial, mientras él salía de la sala de interrogatorios.

“Fui realmente un imbécil, y todo por un simple comentario. Por una estúpida broma había perdido el vuelo y prácticamente mi dignidad”, pensaba mientras pasaban las horas dentro de ese lugar…

En fin, si bien estaba pasando por un mal momento, en el fondo mi consciencia estaba tranquila, porque esto no era más que un simple protocolo de seguridad que dentro de poco estaría solucionado… Qué equivocado estaba, lo supe cuando regresó el mismo agente, pero de una manera más agresiva:

—¡No me quieras ver la cara de estúpido! ¿Quién trabaja contigo? ¿Por qué te entregaste? ¿Qué ganaste con esto? — me preguntó furioso, mientras yo no sabía cómo reaccionar… Una pesadilla daba comienzo para mí, el vuelo 8861, con destino a Israel explotó a las 13:30 horas con ciento cincuenta y tres vidas a bordo, por una bomba que fue detonada en pleno vuelo. Lo peor de todo, es que hasta este momento, yo soy el único sospechoso.

© Cuauhtémoc Ponce.  

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