Los signos inmortales
Hemos trazado las letras en el muro. Hemos esculpido símbolos. Arrancamos a la piedra los signos que algún día serán milenarios. Construimos las ciudades y mucho peor que eso, como las pesadillas sobrepujan la memoria de los sueños, instauramos los nombres de las ciudades que nos sobrevivirán.
Hicimos obras inmortales destinadas a un tiempo para el cual seremos parte del olvido. Cuando el polvo de ese olvido nos cubra, y sobre ese polvo amanezcan nuestras fantásticas creaciones, ojos nuevos interrogarán los enigmas de nuestras antigua e innombrada secularidad.