Mi nombre es YENÚ, nací y vivo en Mendoza, Argentina, una ciudad muy hermosa, entre montañas, ríos y vid, donde se encuentra unas de las cimas más altas del mundo, el "Aconcagua".
Soy el más viejo de una manada de perros rescatados por humanos de gran corazón, hoy mi edad es de doce años, voy a contar mi historia y la situación de mi familia perruna.
En febrero del 2.011, mi mamá, una perrita abandonada por las calles mendocinas, atemorizada, desnutridas, sedienta que dejado del candente sol y sobre el calor del asfalto estaba al borde de deshidratarse, buscaba un lugar pacifico y fresco hasta que encontró un refugio debajo de un puente dentro de una acequia para poder parir sus cachorros, uno de ellos fui yo,; con su débil lengua nos aseó, su escaso alimento ella nos brindó y nos protegió de todo peligro en especial de algunos humanos crueles y maliciosos que nos pudieran dañar. Pasaron días muy triste y doloroso para mi progenitora hasta que un día inesperado nuestras vidas cambiaron, ese maravilloso día fue cuando unas humanas nos encontraron, preocupadas por nuestra situación, nos asistieron y buscaron hogar para cada uno de nosotros incluyendo a mi mamá, fuimos separados pero tuvimos un destino positivo, cada uno de nosotros estamos con humanos que dignifican nuestras vidas y sobre todo nos brindan amor.
Estas mujeres cuentan que era muy desconfiado, cuando nos llevaban alimento a nuestro refugio, yo me escondía y esperaba que se retiraran para ir a comer, no permitía que se acercaran y mucho menos que me tocaran, bueno hasta en la actualidad soy suspicaz y autoritario, soy quien reclama a horario la comida y cuando no me gusta algo lo hago saber, tengo anécdotas que en otro momento las contaré.
Esas hermosas humanas a las que considero protectoras de los animales desprotegidos porque salvaron nuestras vidas, me llevaron con un señor, a mi me costo mucho confiar en él, recuerdo que este señor todos los días buscaba algo distinto para que yo me acercara, hasta que un día lo sorprendí cuando él estaba sentado en el sillón del living y me recosté a su lado , a partir de ese momento deje la desconfianza de lado y me refugié en él, hasta el día de hoy somos inseparables, recuerdo cuando en las madrugadas lo despertaba para ir a jugar al patio con una pelota hasta que el sueño apareciera.
A los pocos meses las protectoras trajeron una perrita en muy mal estado, abandonada por sus dueños por no poder reproducir, una Rottweiler que tenía nueve años de edad, la INDIA, mi papá humano la asistió a la veterinaria, la operaron y juntos la sacamos adelante, estuvo cuatro años muy feliz junto a nosotros, jugaba, corría, era una niña, hasta que un día ingresando a la veterinaria por una distorsión de estomago nos abandono´físicamente, digo físicamente porque su esencia sigue entre nosotros !Cuánto te extraño vieja! recuerdo los momentos juntos de felicidad.
Luego de un tiempo no muy prolongado de estar junto mi papá humano, él conoció´a su compañera que hasta en la actualidad caminan a la par por los senderos de la vida; que si algo tienen en común es la preocupación y la sensibilidad cuando ven animales abandonados y maltratados; a partir que ella se sumo a nuestro hogar comenzaron a rescatar perros abandonados en pésimas condiciones, con sus recursos económicos les brindaros la posibilidad de una vida digna; fueron ingresando a nuestra familia muchos perros y todos son parte de nuestro corazón, incluyendo aquellos que partieron como ángeles que nos protegen desde alguna parte del universo y siguen presentes en nuestras vidas. En la actualidad somos ocho viejos/as, nuestros padres humanos no suman más perritos abandonados por la problemática económica y residencial que estamos atravesando.
La situación de hoy nos tiene preocupados, porque más allá que mis padres humanos trabajan mucho haciendo lo imposible para que tengamos una vida saludable que no nos falte nada siendo nosotros prioridad en el hogar, hay una cosa que no esta a su alcance y es la posibilidad de tener un techo para estar todos unidos, cada día se complica mas con los alquileres; como perro hay algo que me cuesta comprender que es la discriminación que existe de parte de una sociedad con los animales, cuando mis padres encuentran una alquiler que cumple con el espacio físico para que nosotros podamos convivir, los propietarios les niegan el lugar por tener animales, animales que fuimos rescatados de la calle porque la misma sociedad nos desecho, nos maltrató por no cumplir con el estereotipo que la humanidad requiere (Raza, modelo, guardianes.....) sociedad que no tiene empatia de brindar un lugar para que podamos estar junto a nuestros padres humanos y poder seguir siendo protegidos por ellos.
La situación nos preocupa porque hace doce años que estamos juntos, ellos son parte de nuestra manada y nosotros su única familia; presiento el dolor, temor y angustia de ellos por no encontrar una solución, así y todo estoy seguro que van a luchar hasta las últimas consecuencias para estar juntos en familia o manada.
Gracias a que mis padres estan pendiente a nosotros gozamos de buena alimentación y salud aunque una de mis hermanitas esta medicada de por vida por sufrir convulsione, tan solo necesitamos ese soñado pequeño lugar para estar juntos y sin temor a ser separados.
Mientras mi madre escribe mis pensamientos, veo sus ojos con lagrimas, sí lagrimas de dolor, angustia y temor; pienso que quien ama a los animales puede comprender los sentimientos mutuos de un animal que es protegido y contenido por un humano y viceversa.
Quiero seguir inspirándome en contar las historias de mis hermanitos y mías, como fueron llegando a nuestro hogar y contar cada travesura nuestra, tal vez sea entretenida.
Te agradezco si quieres invitarme un café, todo suma para lograr tener nuestra propia morada.
Gracias gente hermosa por leer mi relato animal ♥♥.