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- Género: Microrrelato
Bajo credo paterno
Bajo credo paterno.
Le apuntó directamente a los ojos con el pulso firme, tal como su padre le había enseñado. Hay momentos en que un hombre no debe permitirse flaquear, y ese era uno de esos momentos. No podía errar el tiro a esa distancia; de todas formas no había en sus cálculos margen para el error. Ni para sentimentalismos.
Pulso firme, respiración pausada, mirada fija. Reglas de las que no se debía desviar el buen tirador para dar en el blanco en el instante justo. Papá lo supo instruir muy bien en el polígono de tiro primero, y a campo abierto cuando salían de excursión a cazar garzas. Que jornadas aquellas, cacería y fogatas bajo las estrellas amigas…
Lejanos tiempos idos. Ahora era un hombre mayor y cargaba entre manos una semiautomática nueve milímetros. No era su preferida. Gustaba de las armas cortas, pero si vas a matar a alguien tienes que demostrarle que eres un rufián de categoría; debes de hacerte respetar. “Y saber sentir odio, sobre todo. Sentirlo en la cabeza, y en el corazón”. Palabras de su padre que resonaban en la memoria del hijo bien aprendido.
“No demorar. Decir las palabras justas que justifiquen tus actos” repitió, mentalmente, a su conciencia, por encima de la sentencia memorizada. Sin embargo, era dolorosamente consciente de la inutilidad de las palabras. No había casi nada que decir, a excepción de la corta despedida a alguien a quien se está por matar.
Adiós, Papá -dijo- y disparó.